La muñeca

SANTIAGO, mi
viejo cuarto.

Eres un pacto. . .
un rayón a garra suelta

La bóbeda secreta
de cielos altos,
y bajos fondos;
donde arañada queda
toda nuestra historia.

Podríamos decir,
un nido
bordado sobre una sabana,
de esas con estampados de flores;
tablero añejo,
que como el vino,
mejorara con los años. . .


Vuelvo
a este viejo cuarto
con los ojos cerrados.

Sostengo en este canto, que
eres la viva imagen de
La muñeca de la población
que me cobija, con
una sonrisa. . .

Doy cuenta,
que tus latidos
son la palabra ausente
de un fusilero,
aguardando a
pulsar el gatillo,
para que tu voz profana
expie el silencio
de este -nuestro- viejo cuarto.