La vida sujeta a la estica del capital.

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Ahora todos quieren ser PUNKYS DE POSTAL.

La vida sujeta a la estica del capital.

"Yo voy a ser punkrockero hasta la muerte", así lo afirmó un pelao' punk que vivía en una casa ocupa en los años 90. De hecho la frase ha de llamar mucho la atención, ya que a sus cortos 16 años se había hechado un lazo al cuello con lo que respecta a ser "un hombre de palabra". Entonces, no podriamos decir que este joven cambiaría mucho en diez años, si es que confiasemos en su palabra. No obstante, la música cambia, las vivencias, el capital, las figuras a seguir, etc...

Han pasado diez años y el pelao' punkrockero está ahí, vivito y coleando, pero no con el corazón anarquista que alguna vez afloró en su juventud. Hoy trabaja para una compañia de seguros (que tiene "encalillada" a la mitad del país), y compra la mejor ropa en comodas cuotas, así podiendo lucirse frente a sus amigos y darles lecciones sobre la vida.

¿Pero quien es el para dar lecciones?

Lecciones de vida y respeto son las que le deverian dar a el. Esta bien surgir en la vida, desarrollarse material y espiritualmente como uno quiera, pero invalidar el estilo de vida de otros es un crimen.

Al punto que quiero llegar es que en una sociedad tan competitiva y carente de valores, es de suma importancia mantener la calma sobre todo; segundo, aniquilar mentalmente a los bribones que somatizados por el capital, la autoridad, y el poder pretenden achicar al de al lado; tercero, recordarles a estos farzantes que hoy cantan en bandas "punk", que son unos vendidos e inconcecuentes con la palabra y, que deberían ser "colgados" por mimados y faranduleros.

Lamentablemente, todos compran. Compran en el sentido figurado y literal de la palabra, sin siquiera cuestionar la verasidad de la idea entregada en alguna canción o vestimenta. ¿Es más, quien recuerda por qué no nos gusta EE.UU., u alguna otra nación o patria?

Es que hoy nos vestimos con los colores de la democracia, el capital, la jerarquía, la autoridad. Es que somos una tribu urbana, o una subcultura, o un producto de la cultura de masas.

La pregunta y el reclamo quedan abiertos. ¿Quien quiere ser punk?